La multinacional estadounidense Zebra Technologies ha presentado el estudio Los mercados dinámicos demandan agilidad de almacén (Dynamic Markets Demand Warehouse Agility), para el que ha contado con responsables de toma de decisiones de empresas de todo el mundo, y en el que analiza las tendencias y tecnologías que están transformando las operaciones intralogísticas. En su elaboración, ha tenido en cuenta más de 1500 respuestas procedentes de fabricantes, minoristas, empresas de transporte, logística y distribución.
Aunque el cambio no es nada novedoso entre quienes trabajan en el ámbito del almacenaje, la distribución y el cumplimiento de mercancías, la pandemia aceleró determinadas tendencias que afectan a la cadena de suministro, incrementando la necesidad de hacer las operaciones de almacén lo más ágiles, automáticas y resilientes posible.
La cadena de suministro global representa nuevas amenazas
Mientras que la pandemia resaltó con qué rapidez los problemas de la cadena de suministro pueden impactar sobre la disponibilidad de mercancías, la disrupción puede suceder en cualquier momento a causa de los desastres naturales, las tensiones geopolíticas, los ciberataques, las huelgas, etc. A medida que los productos manufacturados se vuelven más complejos, las cadenas de suministro están más expuestas a la interrupción. Así pues, aumenta la necesidad de una visibilidad completa en los procesos y mayor colaboración.
La evolución de la mano de obra ha intensificado las expectativas
A medida que los nativos digitales se incorporan al mercado laboral, la importancia de la tecnología incrementa. El 92% de los encuestados coinciden en que el avance tecnológico influirá en que el entorno de almacén sea más atractivo para los trabajadores, a la vez que las aplicaciones de software y los dispositivos profesionales serán tan fáciles de usar como los teléfonos inteligentes. La tecnología también ayudará a asegurar la productividad en un contexto de escasez de mano de obra.
Los cambios en el comportamiento de los consumidores afectan a las operaciones de almacén
Los consumidores quieren alternativas a la compra física. El 73% de los consultados en el 14º Estudio global anual Zebra sobre compradores (2021) afirman que prefieren recibir los artículos antes que ir a buscarlos, y el 58% reconocen haber hecho compras online durante los tres meses previos a la encuesta. Así, los responsables de la toma de decisiones en el sector retail están poniendo el foco en la optimización del canal ecommerce, teniendo en cuenta además que reconocen estar sometidos a una presión creciente para ofrecer variedad de opciones de entrega y de rapidez en el servicio.
Los retos para lograr la modernización del almacén
La modernización del almacén es una necesidad innegable para mantener la competitividad. Los principales retos con que se encuentran las empresas debido al auge del ecommerce son:
- Acelerar las entregas a los clientes finales.
- Afrontar el incremento de los costes de transporte.
- Mejorar la precisión y la visibilidad del inventario.
Para ello, la gran mayoría de los participantes en el estudio de Zebra concuerdan en la puesta en marcha de planes para acelerar la implementación de proyectos de modernización, así como de seguimiento del inventario en tiempo real, conscientes de que las nuevas tecnologías son imprescindibles para mantenerse competitivos en una economía a demanda.
¿Qué objetivos se plantean las empresas?
Con la vista puesta en la evolución del almacén durante los próximos cinco años, los objetivos deseados por los responsables de la toma de decisiones en las empresas son:
- Mejorar la productividad de los empleados: todos los miembros de la organización trabajan conectados a los sistemas de gestión de almacén o de recursos empresariales, que registran cada movimiento de inventario.
- Mejorar la productividad de los equipos y la conformidad de los flujos de trabajo: todos los miembros de la organización cumplen con los procedimientos gracias al uso de la tecnología adecuada para sus tareas individuales y flujos de trabajo.
- Incrementar la visibilidad y la utilización de activos: las mercancías, el personal y el resto de activos se pueden ver y seguir de forma automática.
- Operar con orientación y toma de decisiones en tiempo real: la capacidad de localizar los activos y el personal y analizar los datos recogidos permite activar alertas para determinar la mejor opción en cuanto a los siguientes pasos a dar.
- Operar con rendimiento basado en datos: utilizar conjuntos de datos wall-to-wall para habilitar el aprendizaje automático de las máquinas y la inteligencia artificial que conduzcan a la toma de decisiones automática.
Para conseguir estos objetivos, el principal aliado con que cuentan las empresas es la tecnología basada en sensores, como los escáneres fijos industriales, la identificación por radiofrecuencia (RFID), los sistemas de visión artificial, los de localización en tiempo real y los sensores de volumetría.
La evolución en la implementación de dispositivos tecnológicos
El estudio de Zebra incluye una previsión sobre la evolución en la implementación de estas tecnologías en los almacenes, según la cual, en 2027 nueve de cada diez plataformas logísticas contará con todas ellas. En la actualidad, aún queda mucho camino por recorrer: una de cada tres empresas dispone de sistemas de identificación RFID, tres de cada diez utilizan los escáneres fijos industriales o las etiquetas inteligentes, una de cada cuatro, el Bluetooth de bajo consumo energético y la visión artificial, mientras que dos de cada diez cuentan con sistemas de detección volumétrica.
Para optimizar los procesos en el almacén y mejorar la productividad, otro de los requisitos básicos es proporcionar a los empleados la tecnología que evite el tener que encargarse de tareas innecesarias para que puedan centrarse en el trabajo enfocado al cliente, y que, por otro lado, mejore su confort y ergonomía.
Actualmente, los ordenadores móviles de mano con lector de código de barras (43%) y los dispositivos portátiles (40%) son los aparatos tecnológicos más habituales en el almacén, seguidos por las impresoras de códigos de barras de escritorio (34%), las portátiles (32%) y las industriales (32%), los escáneres ultrarresistentes (29%), los ordenadores integrados en vehículos (27%) y las tablets resistentes (25%).
Según el estudio de Zebra, estos porcentajes habrán alcanzado el 80% en 2025 y habrán superado el 90% dos años más tarde.